sábado, 6 de octubre de 2007

Encuentro


Justamente la situación que había esperado por siglos… tal vez exageraba, por mucho tiempo sí. Eso le producía aquella sonrisa salada y la sensación de que sobre el hombro izquierdo aquella figurita en rojo se regodeaba de dicha!

Sabía que el momento llegaría porque tenía que ser así de un momento a otro। Simplemente no esperó que fuese tan pronto.

Lo vio entrar al lugar como si no quisiese, dominado por el desgano, incluso algo de cansancio o ajeno a cuanto lo rodeaba। Ella inmóvil, sabía que él la miraría de un momento a otro. Así que por unos instantes debía dejar de seguir sus movimientos para que todo pareciese “natural”.
Así que actuó tan natural como le permitía su ser y como quien no miraba nada, lo vio acercándose inseguro en un intento de averiguar si era ella o una especie de espejismo…
- Hey, no estaba seguro si esa carita era la tuya…
- No sé si alegrarme con ese saludo o preocuparme, es que tengo un rostro tan común?
- No tonta, es que hace tiempo que no te veo y no estaba seguro si eras o no…
Listo, había caído! Lo tenía justo donde lo quería। Qué estaba pensando!! si la idea era no quererlo más! Auto control, que no podía perder la compostura y menos la naturalidad। Debía ajustarse al plan।
Todo ahora parecía fluir, a pedir de boca, mejor aún de lo planeado. Habían pasado un par de horas, 5 cervezas y un par de vinos a los que ella apenas si había saboreado. El estaba apunto de caer. La locación ahora era la más cercana, la casa de él porque él pensaba que así todo resultaría mejor, que “jugaría de local”.
Ella estaba más lista que nunca, y ahora no había tiempo ni manera de resistirse o de echarse para atrás। Tan pronto habían dejado el sitio y arribado a su casa, él había ido aumentando gradualmente su acercamiento।

- No sabes cómo me moría por tenerte así… Creí que nunca más sucedería, que bueno haberte encontrado, estás más hermosa que nunca!
La señal que había esperado, él había empezado la letanía y sin saberlo, trazado su destino. Mientras continuaba hablando y besándola, la ropa disminuía y el calor aumentaba. Disimuladamente ella se acercó a su bolso y tomó aquel objeto punzante que brilló con el reflejo de la lamparita en la mesita de luz. El objeto preciado que la liberaría o condenaría para siempre.

1 comentario:

A girl called María dijo...

muy lidno escrito,sobre todo el final asesino ajjaja.
a decir verdad, tu blog me sorprende. Te gusta rafalea (mi libro favorito, y no uno muy conocido) y tu flog habla de la mordida de un escorpion...jajaja, bueno, mi libro teoricamente hablara del veneno de los escorpiones. Si, no viene al caso, whatever, un gusto.