viernes, 29 de febrero de 2008

no paranoiquee, no se trata de ud



Simplemente me encanta, me fascina… Es uno de esos gustitos similares a comerse un chocolate. Disfruto el leerla porque sabe decir las palabras justas, contar las historias más simples y darse a entender perfectamente.

A veces, me han dado ganas de llorar como lo hace ella con la misma historia, o de sujetarle la mano para consolarla un poquito… otras veces me han dado ganas de aparecer en su vida y decirle, “no serías mi amiga?” con esa facilidad que lo hacen los nenes de jardín…

Si, la admiro, creo haberlo dicho antes, o pensado muy fuerte, o ambas. Ella es una gran mujer y no lo sabe, él es un tarado por haberla dejado escapar y probablemente lo sabe pero ahora no se da cuenta de las consecuencias para su vida, nosotras seríamos grandes y buenas amigas, lo sé… pero, sería mejor si no supiera aquel motivo que tiene para odiarme en caso de conocerme

lunes, 11 de febrero de 2008



De vuelta en el colectivo, lo miraba fingiendo que no lo hacía… Él de la mano de su niña, la de turno y yo había vuelto a ser la misma, la de antes, aquella de sonrisa fácil y descomplicación...

Tanto que no me di cuenta cuando el colectivo se fue vaciando y él se acercaba para bajar.

- “Cómo andas? Llevo horas mirándote”
- “Hey, me asustaste, no te había visto, perdona”

Un par de bromas algo rápidas y algo sin sentido y de pronto estábamos nada más él y yo…
Recuerdo perfectamente cuando entre sonrisas sugirió que por mujeres como yo se reivindicaba el género y aquel sentimiento de heroína con el lazo a la cintura, mi sonrisa en medio de aquel enrojecimiento de pies a cabeza, mis ganas de saltar a su cuello y abrazarlo como hacia tiempo no lo hacía…
Me tomó de las manos se las acercó para besarlas y se despedía con un “buscame en media hora”.

Algo me decía que nuestra historia podía volverse a escribir, entonces abrí los ojos, vi que aún era muy temprano y pensé “en media hora… voy a estar aún muy dormida!”