miércoles, 30 de enero de 2008

de dependencias

A veces pienso que me hicieron y me hice muy no-dependiente… Nunca he sido del tipo de mujer a la que la soledad asuste, duela o atemorice; a la que le de pena propia el caminar sin alguien que sostenga mi mano, sentarme a la mesa sola o hacer cualquier otra actividad por mi misma… Sí, incluso a veces rayar en la locura al cantar a voz en grito, hablar, comentar o reírme…

Ahora, conozco y sé de muchas mujeres que no saben estar solas, se deprimen horrores y no logran poner un pie detrás de otro si no tienen a un “compañero” que, de cierta manera, confirme su existencia…

Quién lo creyera, a mi aún me cuesta digerirlo, pero son justamente esas mujeres las que están siempre acompañadas, son buscadas por los chicos y altamente codiciadas como si ellos esperasen fielmente con el ticket en su mano a que llegue su turno!

Pienso yo que “nosotras”, las no-dependientes, incluso tenemos un humor más llevadero, tenemos muchos más temas de conversación aparte de “el sexo opuesto”, somos menos densas, tenemos otras cosas en la cabeza ocupando también nuestra vida y no nos gusta jugar a ser policías, detectives ni investigadora o al menos no se los hacemos saber।

A lo mejor, sólo tal vez, puede ser que confundan el termino creyendo que por ser no-dependientes, no quisiésemos tener alguien que sostenga nuestra mano, nos haga compañía en la mesa o ría con nosotras…

lo que sea



Después de un tiempo, volvió. We are just “friends”, once in a while nos encontramos en el msn, intercambiamos un par de frases aunque él siempre me dice “it was nice talking to you” aunque yo sienta que no hablamos de prácticamente nada, o del mismo tema recurrente…

Si es simpático, no está mal… Y a veces hace su lance y yo olímpicamente esquivo sus frases, incluso intento ser más normal, ácida y sarcástica para que le resulte menos “pleasant” talking to me y al menos toque un tema más interesante o desista y ya no toque ninguno…

No me molestaría perder un amigo de estos, no es que sobren pero tampoco es que me haga falta… Y en realidad el que quisiera que vuelva no es él…

jueves, 10 de enero de 2008

Esta muy larga la visita…


Era una frase que mi bisabuela, cuando la demencia senil empezó a afectarla, repetía cada vez que llegaba gente a su casa y se quedaba por un tiempo mayor a dos horas, cosa que le parecía por demás cansona e imprudente.

Hubiese sido a lo mejor lo que hubiese dicho al saber que pasé cinco horas haciendo una visita… Sin embargo, he de decirlo, podía haber estado un par de horas más. Es que el tiempo se nos hizo humo, se fue desvaneciendo entre anécdotas y risas, recuerdos de infancia, de niñez y adolescencia, fotos e historias con alusiones a distintos momentos, costumbres y nuestras familias.

Nos parecía increíble que esa amistad que empezó en los primeros días del kindergarten, la hubiésemos mantenido años después cuando nuestras vidas respectivas nos habían llevado por caminos diversos, cada cual con una carrera terminada y un título bajo el brazo. Era asombroso que ahora aquella niña rubiecita de rulos y redondeados pómulos me estuviese contando sobre su matrimonio y las ocupaciones de su nueva vida de casada mientras yo le contaba mi vida por tierras lejanas y el disfrute de mis vacaciones ahora que visitaba a la familia…

Parecía que fue ayer, parecía que éramos las mismas, sin embargo al mirar atrás, ha pasado toda una vida… Pero como decíamos en nuestra conversación, a veces es mejor no hacerse la cabeza, es mejor no estresarse, simplemente es mejor no pensar… Y optar por ser, una que otra vez cada tantos años, una visita larga…

viernes, 4 de enero de 2008

el regalo ideal para el nuevo año


Tengo el presentimiento de que las cosas estarán mejor, simplemente ahora me cuesta mucho creer esta trillada frase… Siento que se borró de mi cualquier rastro de fe, anhelo o esperanza aunque digan que es de lo último en perder…

A lo mejor lo que necesito es justamente eso, borrar de mi todo, por completo y empezar nuevamente, arrancar desde el principio… conseguir un paquetito nuevo cargado con todo aquello que perdí, un COMBO. Llegar a la tranquilidad de mi hogar, tirar los lados opuestos del papel celofán y sacarlo despacito y con cuidado. Admirar la belleza de “lo nuevo” e insertarlo en mi sistema. Entonces cerrar los ojos, respirar profundo y empezar a avanzar sin mirar hacia atrás…

Tengo el presentimiento de que las cosas irán más o menos así, de que tendré mucha gente apoyándome en ello… simplemente ahora aún cuesta creerlo.