Este es mi posteo número 100… nunca me importaron mucho los números, más que cuando son en mi cuenta de ahorros y no bajen demasiado… Tengo 27 pero dicen que no los aparento, los amigos son los necesarios, podría contarlos pero no es algo que me interese hacer, los “amores” tampoco tienen número, si me enamoro desde el tipo que está detrás de la pantalla hasta del que sonríe en el subte o el que me llama “angel” y con la misma rapidez, pierdo el interés; salvo que realmente me haya encariñado, cuando sí es mucho más complejo…
Número 100 y realmente no implica nada, uno se imagina que podría preparar algo especial, decir algo importante, escribir algo bueno… Así como uno se imagina que para cierta altura de la vida, ésta debería ir enrumbándose al menos… pero se supone que estoy en ese proceso, de dar el “volantazo” hacia donde quiero dirigirla, aunque solo tenga un bosquejo en la cabeza.
Digamos, el ser humano tiene un “orden de procesos”: nace, crece, se reproduce y muere. Sí, mencionado así es de una tristeza impresionante y una frialdad tenaz… pero claro que una ola importante de matrimonios y engendramientos de “gente de mi edad” ha hecho que un poco piense en ese “orden de procesos”.
Visto así, (claro, todos pintamos la cosa como mejor nos conviene…) si tuviésemos una lista en la cual ir marcando los ítems cumplidos, a la mayoría nada más les queda la última opción… HORROR! Mientras yo, aún marcaría solo los 2 primeros :)! Salvo, que muriese antes, saltándome el orden, entonces, pasaría a formar parte de otro grupo, de "la gente que muere joven y bella y sin haber amado” – HORROR DE HORRORES
